top of page

La realidad tras las angustias ecocidas

  • Foto del escritor: Dr. Junípero Méndez
    Dr. Junípero Méndez
  • 25 ago
  • 2 Min. de lectura
ree

Tras la revolución industrial, la actividad humana, de modificación del equilibrio natural, fue tan grande, que rebasa la capacidad de la naturaleza para regenerarse. 


Estimados lectores: el pasado 22 y 23 de agosto se llevó a cabo el XXXVIII congreso de la Asociación Regiomontana de Psicoanálisis (ARPAC), y tuve la oportunidad de exponer, junto a la Mtra. Jovita Cantú, algunas reflexiones psicológicas sobre los datos duros que nos compartió sobre los cambios climáticos y la contaminación.


Desde el punto de vista ecológico, es contaminación toda acción que modifique el entorno natural, cosa difícil de aceptar a primera instancia, pues significaría que la supervivencia de los seres humanos está enlazada irremediablemente con la destrucción del planeta, y ese fue el núcleo de la conferencia.


Lo anterior puede ser mejor entendido cuando la experta en ecología nos explica que no siempre fue así, sino que, a partir de la revolución industrial, la actividad humana, de modificación del equilibrio natural, fue tan grande y acelerada, que rebasa la capacidad de la naturaleza para regenerarse. 


Y que, en ese ritmo, cada vez creciente, vivimos devastando al planeta con nuestro consumo. Ese es el concepto de la angustia ecocida. 


Muchas personas no piensan en ello, pues precisamente aquello que afecta nuestro sentido de seguridad, o nos representa conflicto, es de forma automática negado por nuestra mente.


Y así sucede cuando compramos más productos de los que necesitamos, cuando usamos el auto sin moderación, o cuando pensamos que nada podemos hacer de manera individual para frenar la contaminación, pues son las grandes industrias las que más contaminan.


En este punto nos ha explicado la Mtra. Cantú que, mientras que las industrias están reguladas en sus emisiones contaminantes por las autoridades, y ello les pone un freno relativo, a los individuos comunes nadie los frena en su consumo.


Y que es ese consumo individual, sumado por millones de individuos, lo que hace la necesidad de más productos que sostiene y hace crecer a las industrias, lo que a su vez causa la cantidad ingente de desechos de los individuos, que finalmente contaminan al planeta. 


Una de las manifestaciones colectivas de esta angustia es la predilección por la adquisición y consumo de productos denominados como orgánicos o autosustentables, aunque resulten mucho más costosos. 


Pareciera que estas tendencias representaran un intento de lavar una consciencia anónima culpable. Uno de los datos impactantes, fue la predicción de que para 2050, sufriremos una crisis hídrica semejante a la de la pasada sequía en nuestro estado, pero de alcance mundial.


Desde el entendimiento psicológico, en cada etapa de la humanidad se encuentran angustias colectivas similares: Desde los temores del fin del mundo por causas religiosas, pasando por la hecatombe nuclear durante la Guerra Fría, y más recientemente las amenazas de exterminio con pandemias. 


Finalmente, la angustia ecocida es una proyección de la percepción de nuestra inexorable finitud, de la conciencia de que el tiempo transcurre sin freno, y luego de cierto desarrollo, nos arrastra inevitablemente hacia el deterioro y la muerte; sólo la noción de responsabilidad y autoconsciencia equilibra nuestra vivencia.

 
 
 

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
  • Grey Facebook Icon
  • X
  • Grey Instagram Icon
  • Tik Tok
  • Gris del icono de Spotify
  • Gris Icono de YouTube

© 2025 Dr. Junípero Méndez | Psiquiatra

¡Gracias por tu mensaje!

bottom of page